Es la lesión precancerosa más frecuente, consisten en áreas de piel dañada por el sol que aparecen en zonas expuestas al sol como la cara, dorso de manos y antebrazos, cuero cabelludo en hombres con calvicie. Los términos actínico y solar provienen del griego y del latín y significan “inducido por la luz solar” y el término queratosis se refiere a piel engrosada. Se consideran lesiones precancerosas porque hasta el 10% dejadas a su libre evolución pueden llegar a transformarse en un Cáncer de Piel llamado carcinoma espinocelular.
Son causadas por exposición al sol crónica, el daño se acumula a través de muchos años y son más comunes en personas de edad avanzada. Personas con piel blanca, ojos de color, rubios o pelirrojos, que se queman y no se broncean poseen mayor riesgo.
No causan molestias, muchas personas que las padecen no se dan cuenta de ello. La piel afectada se siente áspera y seca y la mayoría de las veces se siente más de lo que se ve. Su apariencia varía algunas son del color de la piel, otras rosadas, rojas o cafés, algunas son duras o verrugosas o incluso pueden crecer un cuerno cutáneo, la piel alrededor usualmente se ve dañada por el sol: con pigmento irregular, pecas y arrugas. Pueden crecer hasta 1-2 cm. Si una QA empieza a engrosarse, da comezón o sangra, son signos indicativos de que puede estar transformándose hacia un cáncer.
La apariencia de las lesiones es suficiente para que el especialista haga el diagnóstico, pero en caso de duda o si hay sospecha de transformación a cáncer se tomará una biopsia de la lesión para ser examinada en el laboratorio de patología.
Sí, pero hay que tener cuidado ya que existe el riesgo de recidiva o de aparición de nuevas lesiones en la piel circundante fotodañada.
Los tratamientos incluyen los siguientes:
Evitar la exposición total al sol puede poner en riesgo de deficiencia de vitamina D por lo que se recomienda exponerse 15 minutos 2-3 veces por semana o medir los niveles en sangre para asegurarse de que se mantengan normales, o en caso de deficiencia tomar suplementos de Vitamina D3, así como incrementar el consumo de alimentos que contengan vitamina D como pescado aceitoso, huevos, carne, y alimentos fortificados como cereales, jugos y leches.
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